¿Parece poco verdad? Casi insignificante. Pero en un minuto pueden pasar muchas cosas. Sesenta segundos. Setenta latidos. Veinte respiraciones. O veinte momentos que te dejan sin aliento. Y es que a veces... con un minuto es suficiente. Suficiente para enamorarte, para desengañarte. Para arrepentirte. Para estar seguro. Para recordar.
Sesenta segundos bastan, para darte cuenta de si algo, o alguien, merece la pena.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
domingo, 13 de septiembre de 2009
Todo
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